Tengo miedo torero, un film con mucho para hablar

El filme de dirección nacional de Rodrigo Sepulveda, dejó varias impresiones en su preestreno vía Streaming. De la mano con Alfredo Castro, quien se encargó de darle vida a la Loca del frente, esta obra dejó mucho sobre la mesa. 

La historia la mayoría la conoce, una travesti muy pobre en una noche turbulenta conoce a Carlos, un joven militante del Frente Patriótico Manuel Rodriguez, de quien la Loca se enamora. Ambientada en 1986, tiempos de dictadura, la película nos muestra de forma significativa la vida de la Loca tras haber conocido a Carlos, quien logra varios cambios en ella. La Loca del frente vive en una situación vulnerable en general: pobreza, desprecio y violencia hacia los “maricones”, tratos distintos desde que son chicos. 

 “a nosotras no nos importa quien este arriba, sea milico o comunista, cualquier weá, pa´ ellos siempre vamos a hacer una tropa de maricones culiaos… si algún día haces una revolución que incluya a las locas, avísame, ahí voy a estar en primera fila” 

Aún así, es capaz de demostrar fragilidad y empatía, de esta forma es como va entendiendo y acercándose al mundo revolucionario, de protestas, de cambio, dejando de estar al margen. Un amor homosexual que es obstaculizado por la destructiva tradición homofóbica (mostrada en pequeños detalles siempre, como las miradas dirigidas a la Loca), que llega a una cúspide significativa con una escena final, donde se remarca la intensidad con la cual ha vivido la Loca, con la pasión por delante. 

“Ella comienza siendo –como se dice ahora- ‘una facha pobre’, borda manteles para las esposas de los militares, pero, sin embargo, el amor hacia Carlos la adentra en un cambio y comienza a ver ese Chile más real. Para mí esa transición motivada por el amor es reveladora. Hay un antes y un después porque se da cuenta que lo real está en las calles y lo que pasa en ellas (…) ese viaje es emocionante porque detrás hay una historia de amor en medio de tiempos muy duros políticamente. Ese viaje ideológico que perfectamente se podría asociar a lo que ocurre hoy en el país”. Alfredo Castro en una entrevista para Diario el Día.

Se logra ir identificando los hechos a medida que uno va viendo el film, a pesar de ser ajenos a esa realidad (ajenos en el sentido de que no vivimos de primera mano la dictadura), lleno de escenas simbólicas que dejan marcando ocupado, como por ejemplo – un pequeño adelanto – cuando la loca tiene que llegar a un lado en específico y se topa con una marcha, pero esta no tiene problemas para pasar entremedio de los militares, ni siquiera la miran, una muestra simbólica de que es invisible hacia ellos y en general, es invisible para un mundo discriminador. 

Con una historia que fluye de buena manera, la música concuerda totalmente con los hechos haciendo que ver sea grato, ligero. La obra fácilmente puede llegar a los lugares más altos dentro de la filmografía nacional. Por otro lado, en una entrevista que le hicieron al protagonista de Tengo miedo torero, destacaba que el éxito de la acogida del público era debido a la admiración por quien “luchó “en cuerpo y alma” por los derechos de los marginados”.

“Este personaje sin nombre encarna a todos los marginados y desposeídos de este país y que pese a los años y a los cambios siguen siendo los mismos y no me refiere sólo a la comunidad LGBTIQ+. … la película nos muestra una realidad que está lejos de erradicarse. Nuestro país es tremendamente desigual y eso lo ha evidenciado el estallido social y la pandemia”.

Te recomiendo verla, para así tener tu propia valoración del film. Está es mi opinión y recuerda que lxs críticxs más importantes son ustedes mismxs, quienes pueden juzgar el film según sus propias opiniones, y todas las interpretaciones están bien, recuerda siempre tener el respeto por delante en estas discusiones.

Fuente: Diario el Día – http://www.diarioeldia.cl/magazine/lemebel-merece-ese-reconocimiento-historico-que-le-fue-negado-en-vida