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El efecto Bocelli: La popularidad fugaz de la música clásica

El pasado 26 de febrero se presentó Andrea Bocelli en el Festival Viña del Mar, y fue como una pausa en el espacio y el tiempo del panorama rutinario, porque pocas veces existe la posibilidad de apreciar este tipo de shows en la tele, y más allá de que pueda ser un tipo de género selecto e históricamente clasista, por un momento todas y todos disfrutaron del espectáculo.

Más allá del discurso copy/paste de “esta es música de verdad”, una falsedad y que demuestra poca cultura frente a la disciplina en general, por unos días lo docto se tomó la pauta, pero desapareció tan fugaz como apareció. 

¿Por qué la música clásica ha perdido fuero con el pasar del tiempo?

Partamos por el argumento más fácil: El paso del tiempo. Las generaciones cambian, al igual que los gustos y el ritmo de la sociedad. Esto choca de forma contundente por las exigencias de la música clásica, por su complejidad y formalidad, lo que se hace menos atractivo para un nuevo público.

Más encima, sumado a lo anterior, la percepción de la música clásica sigue siendo elitista y dificulta más su entrada. Existen espacios de visibilización, pero no se comparan al aforo que logran los géneros de moda. 

Rosario Bravo, candidata a Doctorado de Artes UC, plantea que “la música clásica se ve como algo que es exclusivo de una élite porque es demasiado compleja y requiere de mucho estudio o habilidades específicas, pero este tipo de coros (comunitarios” te prueba que no, ellos posibilitan que todas las personas pueden crear e interpretar música. Desafían todos nuestros prejuicios”.

Por otro lado, las plataformas de streaming de música y las nuevas tecnologías han democratizado y expandido el centenar de subgéneros. Existe una mayor posibilidad de acceder a bibliotecas inmensas, sin embargo, han fragmentado mucho más la audiencia.

De hecho, pensemos, un concierto de música clásica o de ópera. Se salen un poco de la norma actual de show en vivo: Es muchísimo más contemplativo, en general no vas a vacilar un tema a su ritmo y tampoco vas a corear al son de la tenora. Son otras condiciones y otro lenguaje, exigiendo otro tipo de actitud.

También debemos pensar en los tiempos que vivimos, donde todo es más rápido y la vida es abrumadora de muchos estímulos y de forma constante. Por estas razones, también podríamos inferir, que la música ambiente es parte de un nicho muy específico que no logra ganar amplia popularidad. 

En este punto me pueden ahorcar, pero el género no ha sabido renovarse. No me quemen, dejen explicarme. 

Si buceas en exponentes actuales, podrás ver cómo este género ha experimentado hace varias décadas, siendo más interdisciplinarios con otros estilos. Sin embargo, la mayoría de los esfuerzos que se dan marketing y visibilizar recaen en los viejos estandartes, los mil veces nombrados, los pioneros, y lo siento, pero eso no es atractivo para muchas personas.

Como explica el académico del Instituto de Música y de la Escuela de Ingeniería de la UC, Rodrigo Cádiz: “Muchas agrupaciones musicales en Chile funcionan en condiciones precarias y no existe una cultura nacional de encargos o donaciones. Además, el financiamiento estatal para la música clásica es insuficiente en comparación con otros géneros musicales”.

¿No existe oferta musical entonces? Al parecer sí existe. Una rápida búsqueda en Google me demostró que existe una amplia cartelera de música clásica, para varios bolsillos e incluso con presentaciones gratuitas. Según Animupa, actualmente existen alrededor de 300 orquestas, incluyendo infantiles y juveniles, además de profesionales repartidas por el país.

Conversando con amigas los puntos se repiten. Actualmente la música docta no es común en medios de comunicación o redes sociales, si no viene desde el círculo familiar cercano es difícil de entrar y por otro lado, no menor, sigue existiendo el prejuicio de que es música solo para las elites y la gente adinerada.

Esto último me parece falso, tomando en cuenta las declaraciones de Rosario Bravo y la gran variedad de orquestas alrededor de este país, que están confirmadas por personas talentosas de distintos rincones de Chile. Sin embargo, si existe una barrera en el acceso a música docta, a pesar de que existan esfuerzos por masificar y visibilizar, existen más factores en su acceso.

¿Es un género muerto entonces? 

Creo que no. A mi forma de ver las cosas y escuchando tanta música a lo largo de los años, la música no muere, solo se transforma. Aún cuando sea música docta en su máxima expresión o sean los subgéneros que se desprenden de la contemporaneidad, sigue vivo aunque no podemos esperar que tenga una cobertura como el pop o el conglomerado urbano, eso es no saber ver los tiempos que vivimos.

No quiero dejar pasar la oportunidad de recomendar un par de discos asociados al género, que llevo escuchando de forma paulatina desde hace siete años, a lo mejor una de estas obras te animen a entrar a este mundillo, pero con una descripción muy mundana.

Tabula rasa / Arvo Pärt

O te atrapas o te concentras. Tabula Rasa es la composición que podría definir que es el minimalismo. Música sacra que consta de un crecer constante, manteniendo el ambiente y convierte toda la experiencia onírica. Mal o buen viaje, depende del momento.

Promises / Floating Points

Lanzado el 2021, una de las pruebas que el género se puede adaptar a los nuevos tiempos, sobre todo cruzándose con otros estilos. Post minimalismo mezclado con toques de jazz, es una experiencia calma y pausada, que rompe con la violencia de la cotidianidad.

1996 / Ryuichi Sakamoto

Una mirada oriental a un género, e incluso, siendo uno de los grandes exponentes de la música clásica moderna, para tener otro sabor de la experiencia contemporánea de este estilo

Gracias a Javi, Cami y Katy por compartir sus pensamientos sobre la música clásica conmigo, me ayudó mucho a escribir este artículo. 

Francisco Reyes

Periodista. Nace en Isla de Maipo en 1997. Trabajó en Revista Artishock, Fundación Santiago OFF y Los Ojos de Chile. Actualmente colaborador de Diversas y encargado de prensa de La Trama Compañía.
Ganó la convocatoria de "Perfeccionamiento artístico de Balmaceda Arte y Joven y mención honorifica en los Premios de Periodismo de Excelencia 2019.
freyes@diversas.cl

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