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Tengo cinco hermanas. Una bailó conmigo hasta después de muerta. Otra se curó con limón heridas que yo misma le hice. Dos me rajaron el cuerpo tantas veces que ya ni recuerdo

Basado en un ejercicio sobre “Cómo me hice monja” por César Aira para el taller Permanente de Comunidad Maña. Notificaciones que supuraban desde un teléfono olvidado a propósito en una orilla del

Sinner La primera vez que Sella miró de manera distinta a una chica fue en su niñez, tenía unos seis o siete años y las sensaciones que nacieron en su joven corazón

I Apareciste en una cruz con tus piernas cruzadas  te miré  mientras mi abuela entre su pecho y ropa te guardaba. En la televisión opaca De la estantería gris el sufrimiento era

Llevo intentando tener tiempo para escribir algo para la revista. La razón de esto no es mi falta de interés o el no saber que tema escoger, sino algo más común, culpa.

“Debes agradecer que has tenido una buena vida”, me han dicho varias veces, como respuesta a cualquiera sea el dolor o emoción problemática que sienta. 5 minutos después de una crisis: “lo

*Todo lo contado aquí es mi propia experiencia y no corresponde a un diagnóstico médico. Por favor ve a un profesional para conseguir ayuda si sientes que tu salud mental está mal,

Me tomo el último trago. El paso de la cerveza fría por mi garganta sabe casi tan bien como la libertad. Ya han pasado varios meses desde el confinamiento y ahora estoy

Despierto después de un sueño extraño y mi habitación sigue estando oscura. Miro hacia la ventana, pero no veo ningún rastro de la luz del sol intentando colarse por ella. No tengo

Victoria, una viejecita que cuando la pandemia la obliga a quedarse en casa, ahora todo el día,  observa a los demás desde su balcón, como pasa la vida, llora al pensar en