Tengo un hermano que es científico, no siempre lo fue, pero hace 10 años atrás, cuando estaba recién comenzando su carrera de Químico ambiental (alguien que trabaja, investiga y estudia sobre el medio ambiente: el agua, el suelo y la atmósfera) y me hablaba de medio ambiente yo… me aburría. Con el tiempo comencé a entender que este ambiente era más que solo un espacio lejano donde vivía la flora y la fauna, sino que era un lugar cercano que está mal porque nuestra interacción la afecta. Este medio ambiente abarca más que los problemas que se hablan sobre el reciclaje o una especie en extinción o la contaminación, que son temas importantes y muy hablados. El medio ambiente tiene una gran relación con la ciencia, la política, la economía, la filosofía y muchas otras ramas académicas que buscan entender y teorizar cómo nos hemos y estamos relacionando con nuestro entorno, eso se llama “problemática o conflictividad socioambiental”. Sin ser experta en el tema hablaré un poco, solo un poco, sobre estos temas a continuación.
Como para cuidar y entender el medio ambiente hay que entender la ciencia y su relación con prácticas humanas como sociopolítica, lo explicaré en breve (espero). Por eso, lo primero que hay que saber de la ciencia es que no posee la verdad, sin embargo, está fundamentada sobre conclusiones de investigaciones (hechos empíricos). Estas investigaciones pueden ser útiles en pequeña, mediana o gran escala, depende de lo que se busque aplicar y considerar el mundo. Por esto un estudio sobre la contaminación en una ciudad en x periodo de tiempo puede ser más interesante o importante que nuevo conocimiento sobre una especie en extinción a los ojos de la política, la sociedad y la economía. En general, solo se toma a la ciencia en serio cuando “sirve”, o sea, cuando es aplicable. Por esta razón, la ciencia debe ser aplicable en política y el día a día para que nos llegue y sea relevante para nosotros. Si la gente ve problemas en su comunidad va a querer respuestas y la ciencia puede ayudar, pero no puede hacer nada sin la ayuda de la economía, la política y la misma sociedad.
Un ejemplo clásico sobre la cooperación entre estos factores (lo aplicable, ciencia, y los que quieren aplicarlo, la humanidad) para beneficio de todos es el desarrollo sostenible. Este, trata sobre cómo la sociedad (gente, normativas y políticas), la economía y la ecología pueden convivir en perfecto equilibrio, sin que ninguno predomine por sobre el otro o se explote uno para beneficio de otro. Un ejemplo de esto es cuando en lugar de enviar un alimento que se ve “feo” a la basura porque “nadie lo comprará, la gente es superficial” se compra por restaurantes o se da a comedores comunes o se le baja el precio. Así no se generan desperdicios, granjeros y productores ganan, así como el consumidor del producto final.
Lo que sucede con el desarrollo sostenible, al vivir bajo un capitalismo, son diferentes miradas, tanto de solución como de problemas para el cuidado y mantención del medio ambiente. Una solución es la jerarquía de mitigación, esto es una respuesta legal a un problema social y ambiental pues supone una compensación por los daños que se puedan causar en la biodiversidad usando medidas de reparación. El problema con la mitigación es que en ocasiones se desforesta un bosque, pero se “repara” a la comunidad donando al hospital o haciendo una biblioteca o donando áreas verdes en una plaza y no se reemplazan los bosques talados con un bosque de, mínimo, similares características al talado.
Ahora bien, un problema es la obsolescencia programada, es decir, los productos (reciclables o no) duran menos y favorece a la industria que los fabrica en lugar del consumidor, que deberá comprar cada 2 años un teléfono en lugar de 10. Además de ser un problema económico es de ética empresarial. Si x empresa sabe que la gente no recicla su teléfono (porque no sabe o el aparato no es reciclable) debería hacer mitigación, crear un aparato más “amigable”, 100% reciclable o con partes biodegradables o que dure 100 años. Pero no lo hacen, o no todos, porque arruina el negocio. ¿Qué importa más la economía o el ambiente en que vivimos? Y aquí surgen otras dudas, durante siglos a nadie (o a poca gente) le importó reciclar, ahora que sale en TV, que se nos ha dicho que se debe hacer comienza a hacerse por parte de algunos. Sin embargo, basura que es posible convertir en otra (como plástico, latas, vidrios, etc) se ven en las calles. Incluso hay plásticos que no son biodegradables o demoran más y aun así son tirados. La consciencia de la gente también es otro problema, que se resuelve con cultura (educación, normativas y leyes) y también acercando la ciencia a la comunidad.
La divulgación científica busca acercar a la comunidad el mundo científico no mediante publicaciones en revistas científicas, sino que por medio de libros o programas donde los conceptos científicos sean explícitos. Por ejemplo, si se quiere hablar de reciclaje no debe simplemente nombrarse, sino que se debe definir, exponer una hipótesis (idea sobre por qué es buena) y concluir si, con el transcurso de la obra/programa/libro se probó que el reciclaje ayuda en algo.
Sin embargo, la gente también puede aprender por su propia cuenta sin necesidad de la divulgación científica. Muchas veces organizaciones, programas de TV o famosos que se interesen en sustentabilidad o preservar el océano o salvar alguna especia, puede ser un ejemplo para la gente, que los ayude a querer saber y ayudar de alguna manera. Tal vez alguien no sabía que alguna especie estaba en peligro de extinción y el impacto que generaría en el ecosistema su pérdida hasta que su cantante o actor preferido twitteo sobre ello. Eso es educación que, a diferencia de la divulgación, puede llegarnos de científicos o no, aunque siempre, siempre tiene base científica.