Relato incluido en:
Descargos de medianoche de una ¿resentida social? O simplemente una persona incapaz de entender porque no pensó así antes.
Siempre, a lo largo de mi vida, he considerado la idea de la responsabilidad afectiva como algo indispensable dentro de la interacción en una relación. Sin embargo, con los años, he notado que aquel concepto siempre ha estado tergiversado de maneras que realmente encuentro macabras. Las redes sociales se han encargado de distribuir esta información con lindos posts de colores pasteles sobre “salud mental”, probablemente su mayoría hechas por personas sin algún estudio o investigación de por medio. Simplemente lo hacen en base a experiencias, emociones
Y ahí es un punto importante a tratar:
¿Podemos generalizar las emociones? Porque es eso lo que estamos provocando con esta clase de publicaciones.
Es algo así como el horóscopo; cuando leemos nuestra suerte o nuestra “astralidad” del día de hoy, apuntamos a cosas tan ambiguas como sin sentido, pero nuestro cerebro es tan, pero tan inteligente, que es capaz de conectar esas ambigüedades en algún punto de nuestra psiquis, logrando que nos identifiquemos con la basura que este escrita allí.
Sea de la manera que sea.
“Oh, esto es muy yo”: de seguro has escuchado esta frase más de una vez. Es porque nuestra cabeza nos engaña y nos engatusa por el ansia de pertenencia. Queremos ser parte de un grupo, y si identificarme con ese grupo de emociones me hará parte, lo asumimos con mayor potencia.
Ahora, no quiero menospreciar cómo te sientes. De hecho, eso es lo que quiero defender. Tú eres la única persona que sabe que es lo que realmente pasa por tu cabeza y corazón. Son tus experiencias, entonces querer hacerlas calzar con un concepto que encasilla actitudes que quizás no van tan acorde a ti pero suenan similar o interesantes, es donde se caerá en este “nivelación” de sentimientos, el hecho de que todos tomamos las cosas de igual manera.
Todos tenemos malas experiencias; pero no por eso mi mala experiencia es igual a la tuya. Ahora.
Hablemos de nosotros como grupo social.
Lo que provoca este tipo de pensamientos en conjunto, es la creación de dogmas de comportamiento ya sea en una relación o no. El que es “irresponsable afectivamente” está mal. El que desaparece por días y no habla es el “tóxico”. Y todas estas actitudes la encasillamos por lo que nos dicen los demás: No es broma decir que hay test para identificar si eres el tóxico de la relación.
Este juicio nos crea una cortina de humo en donde por seguir masas asociamos estas actitudes a gente que ha pasado por nuestras vidas, ‘culpándolos’ de nuestros malos ratos.
Click. Aquí es dónde caemos en otro error.
La culpa.
La culpa es algo que arrastramos todos y sabemos por leyes de vida e historia, que echarle la culpa a alguien más es la forma más fácil de tratar un problema.
Yo culpé mucho a mis ex parejas por los presuntos traumas que tengo. Pero, con el tiempo caí en cuenta que era porque yo esperaba algo de ellos. Asumí, gracias a libros, televisión, películas, que las relaciones de pareja tenían un dogma; que, si no era así, salían de lo normal y estaba mal. Quise ver las cosas ignorando las circunstancias, o no tomando atención del todo.
Porque prefería pensar que la otra persona estaba haciéndolo de manera incorrecta. Pero al final, la conclusión que pude llegar con este golpe de realidad es que quizás la dependencia emocional era quién me afectó tanto, y no la persona. Era básicamente el saber que somos entes distintos. No puedo saber cómo vas a actuar, como quieres actuar, como quieres pensar
No porque a mí no me parezca tú vas a cerrarte a opinar o hablar. Tener miedo a ser “irresponsable afectivamente” es miedo a ser egoísta.
Ser egoísta no es tan malo como parece.
Hay situaciones en que deberías velar más por lo que tú quieres, por lo que tu sientes.
Y sí, puede ser que esa actitud encaje perfectamente en lo que la red social dice ser “tóxico” pero ¿qué te importa? ¿No quieres hablar un día? no hables.
¿Te quieres alejar de todos sin avisarle a nadie? hazlo. Dependiendo de la circunstancia, no deberías de porque tener miedo de hacerlo.
No pidas permiso por pensar en ti.
Pero antes de todo recuerda: Respeta para que te respeten.
Aunque también es importante no olvidar respetarte a ti mismo.