Un fenómeno único e irrepetible;
Con 805.000 suscriptores en su canal de YouTube y su primer hit “Dímelo Ma”, con 51M de reproducciones sólo en esta plataforma, fue que Matías Muñoz, alias “Marcianeke”, logró un revuelo total en las redes, marcando un antes y un después en la música urbana, que si bien, la escena venía pavimentada de hits por artistas como Polimá Westcoast, Flor de Rap, Young Cister, Pablo Chill-E, Princesa Alba, Gianluca, entre otros, Marcianeke logró poner el foco de la música Chilena en el género urbano. Con una aventurada, singular y por sobre todo potente propuesta musical y estética al mismo tiempo, es como el músico estalla en un fenómeno pocas veces visto en los últimos años.
Entre el trap y el reggaetón, Matías apostó por un híbrido entre estos estilos, también incursionando por primera vez en el “perreo guaracha”, como un nuevo género urbano y aunque ya tenía un sello como artista y sonaba en varias regiones de Chile, fue con “Dímelo ma”, que alcanzó el éxito a nivel nacional e incluso internacional, y lo catapultó hasta hoy como un prócer de la música urbana y quien dio paso al resto de la escena local para que pudiese partir una carrera artística.
Matías, oriundo de la ciudad de Talca, partió en las rimas, en el rap canalizó sus energías mientras vivía un complejo momento de salud mental que de paso, siempre ha visibilizado y puesto el tema sobre la mesa con frases como “La música me salvó la vida” expresó el artista en una humana conversación con la animadora Maria Luisa Godoy del programa “Urbanos de TVN”. El joven hasta el día de hoy lucha con su relación con las drogas como lo ha contado abiertamente, asimismo, como ha demostrado estar enfocado en su trabajo.
Sin duda el 2021 fue el año del artista, rompió récords de visitas, viralización de tik toks con sus canciones, llenando multitudinarios espacios a la hora de sus conciertos. Los Malvekes, en un featuring con Simón La Letra y Cris MJ tienen más de 92M de visitas, hoy ninguno de sus hits baja al menos de los 2M de reproducciones.
¿Por qué Marcianeke genera tanto fanatismo y polémica a la vez?
“Nosotros cantamos la verdad, y la verdad duele”, manifestó el cantante para el programa Urbanos de TVN.
Las letras de sus canciones han sido duramente criticadas por su contenido, que alude constantemente a las drogas, generando polémica por de alguna forma naturalizar el consumo de estas. Incluso la discusión ha llegado a la Cámara Alta. El diputado Tomás Lagomarsino (PR), del Distrito 7, señaló al cantante de ser un mal referente para los jóvenes y apuntando que, la violencia en los colegios, entre los adolescentes eran fomentadas por tener ídolos como el cantante. «Cómo no vamos a tener violencia en los colegios si nuestros niños, niñas y adolescentes son constantemente bombardeados por violencia, apología al narcotráfico y la drogadicción, «Los ídolos, (como) Marcianeke, entre tantos otros, son los que están provocando esto», aseguró el parlamentario, en declaraciones recogidas por Meganoticias.
“No es posible que tengamos como referentes a cabros que hablan solamente de la droga”, Diputado Miguel Ángel Calisto, fue lo que dijo el ex militante del partido Demócrata Cristiano en entrevista para Evolutiva TV.
¿Puede la música influenciar a través de su contenido a la sociedad?
Por supuesto que sí. La música influencia; marca tendencia, generaciones, y marca modas, etapas, estilos, y son los jóvenes quienes están siempre más a la vanguardia de esto.
Cuestiones como estas, me hacen recordar al clásico del cine “Footloose”, independiente de las generaciones, es difícil ignorar este clásico del cine popular. Donde a grandes rasgos, prohíben el baile bajo la teoría, que este altera y revoluciona a los jóvenes. Finalmente, bajo la prohibición, se generan lugares clandestinos para poder bailar.
¿Por qué hago referencia a este film? Porque pareciera que querer prohibir o derechamente tener control por sobre el mensaje que se entrega en las canciones, no estaría siendo la solución al problema.
Como segundo punto, me cuestiono ¿Es la música un medio de educación? Y más allá aún, la eterna disputa; ¿Es deber del arte educar? Estamos en un proceso donde estas preguntas son muy atingentes, pues vivimos actualmente en la cultura de la cancelación, lo que nos obliga a estar todo el tiempo repensando estas preguntas.
Arriesgándome a ser catalogada de abajista, considero que hay mucho prejuicio a la escena, recayendo gran parte de este en el cantante, siendo Matías el más apuntado de sus pares, por alguna manera haber sido precursor de esta nueva rama del género, con rimas explícitas, a veces violentas, e hipersexualizadas. En una sociedad ya hipersexualizada me parece hasta una respuesta natural, donde Matías, simplemente toma la bandera de la realidad que se vive en las calles, entre la juventud y sus dinámicas de relacionarse. También reivindicando de alguna forma el orgullo de pertenecer a esta ala de la sociedad, que por lejos de victimizarse, con orgullo se empapa de la calle. Pareciese molestar que los pobres ya no pidan perdón por serlo, que tengan un sistema de vida y códigos de los que se enorgullecen y ya no piden permiso para existir. Y cuando hablo de pobres, me refiero a la mayoría del género, que si necesariamente no vivían en una pobreza extrema, son parte de familias trabajadoras, hijos de la calle, de un sistema capitalista que obliga a los padres y por sobre todo madres a trabajar hasta que el sol se esconde. Es aquí donde la calle se vuelve protagónica y alberga a todos estos niños y niñas, donde se genera un entorno hostil y de sobrevivencia. Aún así, aquí no hay espacio para victimizaciones, por el contrario, en escuelas, colegios, liceos precarios logran encontrar un camino de vida no convencional.
Esta generación se destaca por el mérito propio, por ganar su espacio en la música, sin ser sobrinos, nietos o hijos/as de algún músico o música importante en la historia de Chile, sin precisamente haber crecido con clases de piano, de danza, apreciación de arte, de canto, ni tener apellidos rimbombantes.
Esta generación representa las ganas de salir adelante, al modo que han encontrado y a punta de trabajo y talento.
Es entonces cuando me pregunto, ¿Nos molesta a los chilenos ver el triunfo ajeno de una manera no tradicional? ¿Cuándo no tienes tres post grados, o al menos un título universitario, un apellido rimbombante o la famosa meritocracia con la que hemos crecido y visto como el único camino para avanzar.
Estos chicos, y chicas no reniegan del capitalismo, por el contrario, no hay aquí una lucha contra el sistema, el capital ni un dogma político por detrás que sustente este tipo de vida.
Simplemente viven la vida que quieren vivir.
Por otro lado, hace poco más de un año, el 16 de noviembre de 2021 Jorge González transparentó su gusto e interés por la música de Marcianeke, como también valoró a Santa Feria y a Pablo Chill-e, asegurando que es un buen momento para la música chilena. Junto con eso, el pasado 19 de enero de este 2023 Marcianeke fue nombrado como uno de los artistas que liderará el homenaje al exlíder de Los prisioneros.
13 de abril del 2022 Beto Cuevas elogió al ídolo urbano “»Hay una cierta honestidad en lo que hace Marcianeke y por eso tiene éxito», dijo el músico con éxito internacional.
La música, como cualquier disciplina artística tiene todo el derecho a cambiar, y, es más; me parece que no solo tiene el derecho, sino que el deber de hacerlo. Si todo alrededor está mutando constantemente, ¿por qué debiera ser la música la excepción?
