Hace un par de años, cuando me tomé un año sabático, descubrí el maravilloso mundo de
los comics y los musicales. Sobre este último submundo, he aprendido no solo a amar las canciones y las presentaciones sino también me ha encantado todo el detrás de escenas (en qué se basan, cómo se crearon, la trayectoria de los actores, etc.). En fin, creo que he visto más musicales (tanto películas, como los grabados desde el teatro con autorización o por alguien que desafió las leyes y grabó con su cámara) de los que debería. También, así como soy fan de los musicales también soy fan de la historia por lo que, obviamente, uno de los musicales que más me gusta es… Hamilton. Esto me llevó a pensar “¿Qué pasaría si
alguien hiciera una obra como Hamilton en Chile?”
Primero, lo primero: Hamilton (2015) musical dirigido por Lin-Manuel miranda que, luego de 5 años de espera, llegó a ser película gracias a Disney+. Cuando salió Hamilton (en 2015 y 2020) fue un hit, una cosa espectacular con la que uno se pregunta “¿QUÉ ES ESTO? ¿¡POR QUÉ ES TAN BUENO!?”. La obra cuenta la vida del primer secretario del Tesoro de EUA, Alexander Hamilton, mediante música de rap, hip-hop y R&B. Estos ritmos son asociados a los afroamericanos y el autor de la obra no lo es, por lo que se le acusa de apropiación. Lo único que diré es que sobre la obra es que es magnífica, su escenografía es maravillosa, su trama, los vestuarios son tanto modernos como históricos y todo eso sirve para contar la historia. Lo mejor es el leitmotiv, un recurso argumentativo-musical que encapsula en un tono (y frase) que se repite constantemente durante la obra (aunque eso ocurre en muchas obras musicales y óperas) se
ve en frases como “Wait for it”, “Just you wait”, “Throw away my shot”, “Helpless”, etc.) revelando las intenciones y trama de sus personajes.
Pero toda esta fantasía artística es coronada con algo que es controversial. ¿Por qué? Porque la obra sobre los EUA del siglo 18 es contada por los gringos del siglo 21, sus actores son people of color (afrodescendientes, latinos, asiático descendientes) y blancos.
Además de muchos de su elenco principal o del ensamble son parte de minorías religiosas o de la comunidad lgbt+. Esto último en Broadway, no es tan extraño, lo primero sí. La gente que cree que la obra es controversial es porque todos los personajes están basados en gente que era esclavista, antiinmigrante, anti-nativos americanos y misóginos. PERO, el musical no lo dice de manera explícita. Peor aún, hace creer que Hamilton era un pobre migrante huérfano indefenso pro-emancipación, y no. El hombre tenía contactos, era blanco y no era huérfano tampoco llegó perdido a EE.UU. sino que llegó a hospedarse en casas de gente de la “nobleza” neoyorquina. También, hacía transacciones con esclavos (para su familia o sí mismo), además de aconsejar legalmente a gente esclavista, aunque era parte de la Sociedad por la Emancipación en Nueva York ¿Cómo se esto? leí más de 4 biografías de él, leí libros y artículos de historia, novelas históricas, etc. Básicamente me obsesioné lo suficiente para decir que Hamilton es un fanfiction muy bueno.
Ahora bien, mi tema sobre Chile: me he preguntado por años cómo sería una especie de musical así y, si bien existe la ópera rock (una especie de concierto con un concepto, no hay
actuaciones solo cantantes) Húsares (2012), no me alcanza. Por lo que me dije, al igual que Lisa Simpson cuando se inspiró en Hamilton para su musical sobre Jeremías Springfield, ¿Quién sería nuestro Hamilton? Llegué a la conclusión que José Miguel Carrera. ¿Por qué? Porque quiero y, quizás, al igual que el pobre Hamilton, “sus enemigos lo destruyeron su reputación y [CHILE] lo olvidó”, todos hablan de O’Higgins, siempre. Todos sabemos que era hijo de Ambrosio O’Higgins e Isabel Riquelme, una joven de 17 años, que nació en Chillán y estudió en Inglaterra, que era militar, que pidió ayuda a San Martín, que fue Director Supremo, etc. ¿Qué sabemos de Carrera? Que hizo el Instituto Nacional, que su hermana era Javiera y que murió (lo mataron) en Argentina. Fin.
Llamaré a mi musical Carrera, su protagonista será José Miguel un joven que vuelve desde España a Chile y se entera por sus hermanos Luis, Juan José y Javiera que planean un golpe de Estado, el año es 1811. Sucesivamente irían ocurriendo acontecimientos cuestionables pero verídicos, los Carrera hacen dos golpes de Estado en 1811 durante una canción,
Javiera canta sobre la revolución, tal vez incluso le presente a Mercedes en 1814 a José Miguel. Obviamente una canción de amor iría por ahí. Cuando llega Manuel Rodríguez ocurre una balada sobre el poder de la amistad, el honor militar y la libertad. También tendría que haber una enemistad cordial entre Carrera y O’Higgins hasta que llega octubre de 1814, Rancagua. Todo se derrumba, nada es igual. Rancagua es nuestro final del primer
acto.
Luego de esto, comienza el segundo acto aparece San Martín. Carrera se va a Estados Unidos, le canta a Chile, a Mercedes, a su familia con agonía y nostalgia. ¿se siente un fracaso? Sí, pero un fracasado con esperanza. Matan a Rodríguez con una canción poderosa sobre la traición, pero que no pierde la fe por su país. Podría hacer que Carrera y Rodríguez implicar que tuvieron más que una amistad haciendo sufrir a Carrera al enterarse de la
muerte de su amigo, estando tan lejos. Como sea, mientras Carrera, va a Argentina donde muere “por la libertad de América” y canta sobre América, su odio a O’Higgins por matarlo
y su amor por su familia. Agregaría, solo por diversión, al rey de España encerrado y Napoleón hablando. Además de una canción de la Junta de Gobierno en 1810, como un
recuerdo o algo similar.
Ya que tengo mi obra, le diré que mi leitmotiv para Carrera sería “Por la libertad de América”, ya que se supone que murió diciendo eso. También haría que O’Higgins tuviera
“morir con honor o vivir con gloria” ya que lo dijo. El leitmotiv de Rodríguez, el
manoseado “aún hay patria, ciudadanos”. Pero, diré que, a pesar de toda esta maravilla conceptual, mis actores serían de minorías. En primer lugar, me aseguraría de tener 16
personajes, para que sean representados por un actor de cada una de las regiones. Luego contraría a alguien Mapuche, Aimara o, incluso, Rapa Nui (pensando que se anexaron a Chile en 1888) para Carrera y O’Higgins. También contraría a gente lgbt+ , de minorías religiosas y descendientes de inmigrantes (o inmigrantes como tal) Piense en un ¿Manuel
Rodríguez “judío”? ¿Napoleón descendiente de Palestinos? ¿Luis Carrera interpretado por un hombre de la comunidad lgbt+? ¿Mercedes con acento colombiano? ¿Javiera Carrera Haitiana? ¡SÍ, POR FAVOR!
Ahora el problema es que, aparte de que no sé composición musical ni escribir canciones, aunque dijera la historia tan apegada a la realidad de lo que fue Chile, España y Carrera entre 1810 a 1821 muchos me llamarían “anti patriota”, “comunista”, “tonta”, “ridícula”, etc. por hacer algo así como lo que presenté. No se trata de la historia en sí, sino de cómo se representa. En el fondo sucede que, incluso si dejo o saco el romance fanfic entre los Húsares, estos hombres y mujeres no eran así. No se veían así, no hablaban así, no actuaban así. Pero de eso se trata, de llegar a nuevas generaciones que acepten que esta es su historia, que es compleja, horrible, traumática, pero es nuestra. Porque no nos vamos a olvidar de la realidad, sino a confrontarla. Eran personas con defectos y virtudes y, si queremos resolver los problemas que nos dejaron hay que hacerle frente, cuestionarnos el hecho que los mapuches apoyaban a los españoles porque no confiaban en los criollos o, simplemente, el hecho que los criollos eran gente de dinero y estatus que la emancipación de España significaba más poder económico y social. Y el punto es que Chile, como en ese tiempo, está cambiando, queramos o no. No se trata de “nací aquí soy mejor”, sino de “este es mi país, tiene luces y sombras, como todos” porque los héroes patrios no son mejores que tú o yo. Es como dice Eliza en Hamilton: “Mira dónde estás, mira dónde empezaste”. Hay que
mirarse al espejo y darse cuenta de que, queramos o no, no somos ese Chile. Cambiamos y eso es un hecho. Por eso pregunto, les gustaría ver un Carrera Mapuche y un O’Higgins
aimara (o viceversa) debatir y luchar por independizar Chile.