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8 letras, 3 sílabas, 1 palabra: provocar.

Los hechos:

Frente al espejo.

Vestida con un sostén negro.

Tomo el celular.

Clic… Fotografía.

La miro.

Me gusta.

Lo pienso, me atrevo.

La subo.

Y al parecer provocó a alguien.

Hace algún tiempo tomé una foto mía frente al espejo, en esta se ve mi parte superior del cuerpo, visto un sostén negro que me hacía sentir cómoda, tenía el pelo suelto un poco enmarañado y parte de mi cara está cubierta con el celular. Quise tomar la foto, pude tomar la foto y decidí tomar la foto, pues ninguna persona debería recibir mensajes, críticas, juicios de valor por tal hecho. Sin embargo, la simple acción de subir una foto en ropa interior o de tu cuerpo últimamente ha causado revuelo o más bien durante los miles de años que llevamos en la tierra. Palabras como provocadora atraviesan ese manto de seguridad que te cubre, palabras como provocadora te insegurizan, te culpan y justifican actos que no debiera ser justificados, sea cual sea la situación. Esas 8 letras, 3 sílabas y una palabra: provocadora, te hacen cuestionar tu lugar en el mundo. Puede que no recuerde bien que día fue, pero sé claramente cuál era el contenido de un mensaje que me llegó, era una foto de su pene con la frase: “No te gusta provocar? A mi igual”

8 letras, 3 sílabas y una palabra: provocar. Muchos no pueden comprender de inmediato la connotación de ese concepto, pero el lenguaje crea realidad, ese simple conjunto de letras unidos me hizo cuestionar si mi actuar era el correcto, ¿de verdad estoy provocando? Pero lo peor de todo es que esa misma palabra es utilizada para justificar hechos tales como la violación y el abuso.

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