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Carmen Moraga: De la Prevención al Cambio, Una Travesía en la Educación Sexual infantil

Durante los últimos tiempos en Chile, los temas tabúes de hace 20 años comenzaron a tomar protagonismo en la sobremesa.  Temas como la homoxesualidad, el aborto, la violencia domestica y la sexualidad que antes eran impensados en hablar en público, comenzaron a codearse dentro del debate colectivo, trayendo con ellos diversas conversaciones incómodas y reveladoras.    

Sin embargo, dentro de esta travesía hacia una mayor apertura de temas que alguna vez se mantuvieron en las sombras, aún existen zonas grises que muchos tienden a evitar, y uno de esos temas es la educación sexual infantil.  ¿Estamos preparados/as para tener esta conversación?

Hoy exploramos este tema a través de la entrevista a la psicóloga y autora Carmen Moraga, una destacada profesional de la salud quien ha dedicado su carrera a la prevencion del abuso sexual infantil, a la educacion afectiva y crear espacios de acompañamiento para el desarrollo juvenil. 

“Yo partí haciendo talleres sobre educación sexual hace 13 años. Era muy divertido porque, cuando le comentaba a otra persona que hacía talleres de educación sexual y que me tocaba hacerlos en un kinder, la gente reaccionaba muy sorprendida, como que imaginaban que yo iba a hacer algo grotesco

Una joven y recién egresada Carmen Moraga, impulsada por su fascinación por la clínica infantil, comenzó a trabajar por primera vez como psicóloga en el área de la salud, específicamente en los CESFAM, en la zona protectora de infancias.  Ahí trabajó durante 3 años, donde fue testigo de los estragos de los abusos sexuales que sufrían sus consultantes, la mayoría eran niños y niñas que no sobrepasaban los 16 años de edad. 

“Comienzo a darme cuenta que en todos los lugares donde yo trabajé tuve que acompañar procesos de abusos sexuales infantiles, ya sea porque el paciente tenía trauma de abuso o que estaba siendo abusado.  Yo tenia como 3 años de experiencia profesional pero ya a esa altura había interpuesto 10 denuncias, con todo lo implica: hacer informes, ir a declarar, me tocó llevar a niñas al servicio médico legal a constatar lesiones, me tocó llevar niñas al hospital, niñas de 8 años, a tomarse exámenes de ITS por abuso.” 

Esta constante realidad colocó a Carmen ante dos opciones: dejarse desmoronar y asumir que el mundo es un lugar oscuro, o hacer algo al respecto. Ella eligió la segunda opción.

Mi hacer algo fue trabajar en prevención, sentí que no me daba el corazón para seguir trabajando con víctimas, como que necesitaba irme para la otra vereda y me enfrento que en ese tiempo (12 años atrás) no había otra vereda, no había nada de prevención.”

 

Ante la falta de formación profesional en el tema, Carmen emprendió un viaje de autoaprendizaje, estudiando educación sexual y emocional. Descubrió un diplomado de la fundación Para la Confianza, una de las primeras instituciones en ofrecer diplomados sobre prevención de abusos. Con este conocimiento, comenzó a impartir educación sexual en diversos colegios, realizando talleres donde explicaba a los más pequeños qué sucede con sus cuerpos al llegar a la adolescencia. Fue entonces cuando se reveló una segunda problemática.

“Me empecé a dar cuenta que cuando pasaba los contenidos, como el cuerpo, la pubertad y los cambios, las niñas no sabían nada sobre su menstruación ni de la menarquia, no sabían o sabían muy poco. Tenían muchos tabúes y además le daban mucha vergüenza,  la pasaban muy mal si yo lo explicaba en la sala mixta, algunas se sentían pasadas a llevar como que sentían ofensivo que yo mostrará y explicará cosas en un curso que había hombres y se enojaban que los compañeros preguntaran.” 

Impulsada a resolver este problema, creó el taller «Bienvenida mi luna», que comenzó a impartir desde su casa. Este taller se enfoca en niñas a las puertas de la adolescencia, brindándoles información sobre el desarrollo del cuerpo femenino de manera comprensible y cercana. Les explica sobre la menstruación, la menarquia, la vulva, la ovulación y el ciclo menstrual, y les da la oportunidad de resolver sus dudas en un espacio seguro.

En estos talleres, las niñas no eran las únicas que estaban escuchando y aprendiendo: 

“Las mamás que iban con sus hijas al taller, se acercaban y me decían “yo no sabía esto” y me comenzó a ocurrir muchísimo.  Muchas mujeres se acercaron a decirme que aprendieron mucho, que a sus 30-35 años no sabía esto y estábamos hablando de ovulación, lubricación, vulva, cosas que evidentemente han vivido y que no lo sabían.”

La editorial Teaideas, al participar en los talleres, le proponen a Carmen convertir su taller en un libro con el mismo nombre, con el fin de poder hacer llegar esta información a más personas.  Gracias al alcance que tuvo “Bienvenida mi luna”, muchas madres acudieron a Carmen para preguntarle cuando salía el libro sobre el desarrollo masculino, así nace “Wara: mi camino a ser hombre”

“Comenzó a haber una presión muy fuerte con respecto a que tengamos un libro de desarrollo masculino.   Wara es un libro que me encantaría que fuera hacia un público masculino pero la mayoría yo te diria que el 90% es un público femenino, son mujeres que, no todas por supuesto, pero la gran mayoría son mujeres que se ven criando sin una figura paterna presente y se ven enfrentadas acompañar a este chico que está creciendo pero no tiene idea que está pasando ahí.” 

El trabajo de Carmen en la prevención del abuso infantil no terminó ahí. 

Después del éxito de «Bienvenida mi luna» y «Wara: mi camino a ser hombre», comenzó a crear una comunidad en sus redes sociales, especialmente en Instagram. Realiza dinámicas en vivo donde responde preguntas, aborda temas más profundos y actuales, con un lenguaje más adulto y sobre temas más duros. Su enfoque se dirige a adultos que están a cargo de las infancias, con el propósito de educar a las personas a identificar y actuar de manera rápida y eficaz.

A pesar de su experiencia y las historias a las que se ha enfrentado, Carmen revela que aún hay situaciones que la escandalizan.

“Hay algo que me escandaliza e incluso trato de decirlo en todos mis lives, que es que los adultos le entregan aparatos tecnológicos a sus hijos (tablet, teléfonos, etc) de kinder para arriba y nunca más vieron que hay dentro de ese dispositivo porque me dicen que sus hijos “tienen derecho a la privacidad”, una cosa es la privacidad y otra cosa muy distinta es el resguardo mínimo.  (…) el internet debe ser algo donde acompañó al niño, es como si mandara a mi hijo a argentina, no dejo que vaya solo, lo acompaño o que vaya con alguien de confianza, en internet  convives con otras personas, hay riesgos, no lo voy a mandar solo al mundo digital, mucho menos sin haberle enseñado las reglas.” 

Sin duda, aún estamos en pañales en cuanto a la prevención del abuso infantil. Hemos avanzado, pero no lo suficiente como para que sea un tema cotidiano en la mesa, un tema donde no baste con que el niño o la niña repita una y otra vez que su cuerpo no debe ser tocado, sino que debe interiorizar esa idea. Gracias a profesionales como Carmen, esta brecha se acorta un poco más cada día. 

Te dejo el instagram de Carmen Moraga para que puedas revisar su trabajo y sus talleres. 

Kathia Gonzalez

Nacida en Valparaíso en 1998, es la directora y fundadora de Diversas desde el año 2020 y actualmente estudia periodismo en la Universidad de Playa Ancha. También ha trabajado en la revista de literatura y fotografía Phantasma.cl. Ganó la convocatoria de Perfeccionamiento Artístico impulsada por Balmaceda Arte Joven en 2021 y ha participado en diversos cursos de escritura creativa y crítica, incluyendo Maña, BAJ, entre otros.
kagonzalezc98@gmail.com

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