2 mins read

las lolitas después de cierto tiempo

ven -dice ella- y los pasos de ansiedad se hacen música en sus oídos

no pensé que ibas a venir más

pero volviste, volviste y dijiste nunca jamás

me voy a separar de ti

te voy a querer, lenta y abollada

ocupada en otras historias

te quiero y te voy a querer

por mucho que te hayas entregado a la buena vida

de pertenecer a otros y no a ti misma

no quiero ser un haz de humo

quiero ser tormenta ácida

en la tierra de tus delirios

en las colinas de tus pesadillas

tantas escenas de terror que viste ya sin mi

 

las lolitas, las fantasías masculinas

eventualmente quedan sin trabajo cuando su cuerpo ya no es más arte

cuando su semblante ya no tiene olor a cerezas y perfume de niña

cuando el pecado ya no es de carne sino estético

mueren las Lolitas

Nabokov se regocija

con cada hombre cincuentón que dice

se dejó ir, ya tiene veintidós

fuera de eso, tiene la cara bonita

porque ese es el pecado más grande de una mujer

ser bonita de cara y fea de cuerpo

tener alma y ganas de ser algo

no querer ser eso que los mueve

no sentir la necesidad de ser necesitada

por ellos

en la vida

más que una fantasía

quiero ser lo que Sylvia Plath me mandó a ser

quiero leer y chillar y ser tan dramática como el mar

que se retrae cuando la luna no lo mira suficiente

que es agua y pecho, pero cartucha y de cristal

mujer indignante bajo estándares patriarcales

quiero ser indudable e indisolublemente mía

manejar por caminos de tierra que no lleven a ningún lugar

ser de cualquier hombre la mayor pesadilla

 

nada más indecible para un hombre

que una mujer que es cualquier cosa

sino suya                                                 

Latest from Blog