El núcleo creativo reinterpreta las tragedias griegas con una mirada contemporánea, conectando temas universales como el poder y la democracia con el Chile actual, a través de una puesta en escena innovadora.
En el cine, hemos sido testigos de cómo los clásicos resurgen en forma de remakes o secuelas, algunas veces necesarias y, en muchas otras, innecesarias. Esta relectura de material suele justificarse porque, desde una perspectiva comercial, el marketing “se hace solo” y, en la mente de los productores, representa una apuesta segura. Sin embargo, ¿qué ocurre con el teatro?
En Chile, un ejemplo inmediato sería “La pérgola de las flores”, una obra que se presenta con frecuencia. Sin embargo, revisitar los clásicos en el teatro implica desafíos particulares que van más allá de simplemente reponer una obra.
El teatro nacional enfrenta la compleja tarea de conectar a una audiencia contemporánea con textos clásicos, considerando obstáculos como el interés del público y la accesibilidad. Por ejemplo, el lenguaje de las obras clásicas suele ser complejo y, muchas veces, puede cerrar puertas a espectadores actuales.
Además, como menciona el director Robert Lepage, las artes escénicas compiten directamente con otras formas de entretenimiento. En este contexto, la accesibilidad se ve aún más comprometida si se compara con la facilidad de ver una película en streaming.
“Si la gente siente que es inteligente cuando ve tu obra, si se siente creativa, entretenida e inteligente, eso supera cualquier tipo de Tik Tok o lo que sea, juro que es así”, comenta el director, que presentó “The seven streams” en Chile, una obra de siete horas.
Este desafío de conectar con el público contemporáneo no es menor, pero los clásicos siguen teniendo relevancia. Como señala Domingo Ynduráin, su estudio puede enriquecer nuestra comprensión de la literatura y la cultura, y su riqueza innata ofrece oportunidades para reinterpretarlos en el presente. Sin embargo, estas reinterpretaciones deben superar las barreras previamente mencionadas.
Aquí es donde entra Ciclo Trágico.

Tragedias contemporáneas
Bajo la dirección de Stephie Bastías, creadora de Trilogía del Silencio, y con la dramaturgia de Roby Rebolledo, “Ciclo Trágico” surge como un núcleo creativo enfocado en las tragedias griegas clásicas del siglo VI a. C., un periodo crucial para el desarrollo del pensamiento jurídico y la democracia occidental.
El eje reflexivo de la compañía gira en torno a la relación entre el cuerpo, la ciudad y la democracia, trazando un vínculo histórico que llega hasta nuestro contexto actual.
Hasta ahora, han estrenado dos obras: “Medea”, basada en la tragedia de Eurípides, y “Antígona”, de Sófocles. Aunque son textos escritos hace siglos, el núcleo creativo ha logrado ofrecer una mirada fresca a través de una propuesta innovadora en texto, personajes, universo sonoro, diseño de vestuario y montaje en general.
Ambas obras exploran temas centrales como el conflicto entre el individuo, la comunidad y los roles impuestos por las élites políticas. Estos elementos moldean no sólo las relaciones interpersonales, sino también la percepción de los individuos frente a un sistema que genera temor y alienación. Cada engranaje del sistema debe funcionar para perpetuar el poder y el control, pero basta con que un “tornillo” falle para que toda la estructura se tambalee.


Tanto Medea como Antígona son figuras disruptivas desde una perspectiva contemporánea. Ambas desafían el orden establecido, y sus acciones no pueden interpretarse de forma simplista como buenas o malas, sino que se mueven en una escala de grises llena de matices.
Como explica el sitio Captitles, una forma de revitalizar la tradición teatral es modernizar el lenguaje escrito, sonoro y visual. En este sentido, Ciclo Trágico presenta una estética cargada de contemporaneidad, trazando paralelismos entre la antigüedad y el Chile actual. Los temas de poder y roles impuestos siguen siendo relevantes en nuestra sociedad.
El uso de tecnología moderna y técnicas innovadoras de puesta en escena, como proyecciones, videos, iluminación y diseño de sonido, contribuye a crear una experiencia teatral más inmersiva y dinámica. Esto es algo que Ciclo Trágico ha aprendido dominar.
Pero el problema del teatro clásico y su preservación no se limita solo a la creación.


Factor económico y educativo
Entrevistando a directoras, directores y especialistas en dramaturgia, he identificado dos factores clave que dificultan el acceso al teatro, ya sea clásico o contemporáneo: el aspecto económico y la educación.
En primer lugar, el costo de las entradas. Aunque en general no son elevadas, el precio de una entrada de teatro puede equivaler al de un pasaje en micro o a una suscripción mensual a una plataforma de streaming. Ofrecer descuentos o programas de entradas especiales para jóvenes podría ser una forma efectiva de acercar a este público, considerando que suelen contar con ingresos limitados.
El segundo factor es la falta de educación en torno a las artes escénicas. En mi experiencia personal, durante el liceo apenas fui al teatro en dos ocasiones, y una de ellas se debió al esfuerzo particular de un profesor que quiso salirse de la malla curricular para mostrarnos algo nuevo.
Sin una base educativa que fomente la apreciación de las expresiones artísticas, es menos probable que las personas se motiven a asistir al teatro. Esto crea un círculo de elitismo cultural, donde solo una minoría puede disfrutar plenamente de las artes escénicas. Según el crítico musical Luis Gago, el acceso generalizado al conocimiento y la cultura es clave para derribar estas barreras.
Si bien existen esfuerzos por parte de artistas y colectivos, también es fundamental que estos temas se aborden desde los hogares, las instituciones gubernamentales y los establecimientos educativos.
Una invitación
Vayan al teatro. Exploren y descubran nuevas formas de ver el mundo a través de otros lenguajes y perspectivas. Siempre habrá opciones adaptadas a su tiempo y bolsillo. Las historias clásicas y las nuevas propuestas escénicas nos ofrecen una mirada profunda y necesaria para entender nuestra sociedad y dentro de nosotr@s.
