Lo lindo del pasado, en parte, es que es un recuerdo intocable que si volvemos a buscar esa magia al lugar exacto, se habrá esfumado, sólo vive en tu memoria. Es parte de crecer, es parte de pasar por esa extraña etapa llamada adolescencia y parte también de dejar el nido. Es parte de las emociones y el aura que transmite Cata Teuber.
Arquitecta, ilustradora y cancionista originaria de Coyhaique, cata teuber estrena su EP debut “todo lo que fui”, una repertorio de cinco canciones que transitan por el folk con un sabor y olor sureño, un diálogo con su niña interior y buscar el sentido de pertenencia.
Puedo dictaminar sin miedo que “todo lo que fui” es candidato al mejor EP del año por lejos, por medio de la guitarra como núcleo al son de la voz de su autora, en cinco canciones es capaz de construir relatos a partir de imágenes sureñas y una sensación de melancolía especial, algo triste pero también caluroso, de recuerdos que atesoras con todas tus fuerzas.
Crecí, me crié y aún vivo en un pueblo chico a las afueras de Santiago, considerado provincia y hasta campo -que sería una exageración compararme con alguien que viene de Coyhaique- pero el tránsito desde campo-ciudad, niño-adulto en constante movimiento siempre ha sido un tema que me ha movido a lo largo de mi vida. Por eso a lo mejor peco de favoritismo al sentir tan profundamente los acordes y letras de cata teuber, porque veo esa añoranza de algo que se va perdiendo poco a poco.
“Lo que más extraño de Coyhaique, irónicamente, son cosas que ya no existen, cosas que ya no están. Si bien la ciudad sigue igual, hay muchas cosas que han cambiado y eso es lo que extraño, como esa infancia que viví en ese momento, en cómo era esa ciudad en ese momento de mi vida, y creo que eso es lo mismo que trato de escribir o rescatar en mis canciones”, explica la artista.
¿Cómo te puedo convencer de que cata teuber es lo mejor que hay en el folk de este 2023 o al menos darle una oportunidad?
Primero que todo, la construcción del relato. Sus canciones son como cuentos, desde sus versos hasta la composición sonora que están alrededor. Hay algo lindo en este formato, porque el buen relato con sabor a la estética infantil es capaz de encantar a grandes y chicos, sumado a lo anterior, con esta añoranza y búsqueda de dónde pertenecer.
“Otras referencias que tomé, fuera de referencias musicales, para el EP fueron libros infantiles” explica Cata, “yo fuera de hacer música y fuera de mi profesión, también ilustro y me gusta mucho las ilustraciones infantiles. El libro que tomé más en referencia para esto fue «Donde viven los monstruos», que es un libro de un niño que crea su propio mundo imaginario y juega con monstruos, recorre y crea un planeta nuevo. Ese libro para mí es muy bonito, es muy importante”.
Otro punto a favor es la atmósfera. Ella misma menciona que dentro de sus referencias está Bon Iver y Sufjan Stevens, pero creo que se asemeja más al primero, sobre todo con el homónimo del 2011, que parte con “Perth” y hasta el día de hoy me sigue sacudiendo el corazón.
Cata es capaz de traer esa lejanía y es calor que nace desde un clima helado, de la belleza y el poderío del sur con su guitarra, su voz y sus relatos musicales ilustrados, mientras esperas al lado del fogón que pase la tormenta.
Por último y más importante, conectando con el inicio de esta reseña/ensayo, el sanar. O mejor dicho dicho por su autora, harto nanai y un todo va a estar bien.
El crecer, el aprender a ser adulto por las buenas o por las malas, es un camino a recorrer que todos deben hacer, con más o menos dificultades. Los recuerdos están ahí para afirmarnos, no para volver a ese lugar, sino para valorar cuánto hemos recorrido, para ver qué ha valido la pena, que no estamos solos y nunca lo estuvimos.
La vida es una constante búsqueda de quiénes somos y dónde encajamos, pero tampoco hay que ser tan duros con nosotros mismos. Como ya escribí en otra ocasión, cata teuber escribe y compone desde el “harto nanai” de una forma terapéutica para ella, pero también para quien la escuche y ese es el tipo de música que tendrá un espacio en mi alma.
Gracias por leerme y de nuevo gracias a Cata por compartir parte de su vida y pensamientos.
