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Historias de Cuarentena: «¡Un fantasma! o mi mente tratando de ayudarme a no sentirme tan sola»

Toda mi vida me consideré una persona bastante introvertida, viviendo en mi burbuja de espacio personal. Siendo así uno creería que la cuarentena no sería un problema para mí. Tenía todo este tiempo, después de mucho de no poder sentarme a hacer nada, y por fin podría poner manos a la obra a mis pasatiempos favoritos y empezar nuevas actividades que jamás me había atrevido a intentar, ahora era solo yo dentro de cuatro paredes con la infinidad del tiempo. 

Coser, dibujar, “cantar” y a veces solo sentarme a pensar mientras escucho el viento, pero tanta belleza no podía durar por mucho. No tardé en darme cuenta que en el momento en el que dejaba de estar ocupada, la soledad me invadía por completo y lentamente se fue filtrando en medio de mis amadas actividades haciendo incapaz de terminarlas. Llegó un momento que este sentimiento me causaba un gran cansancio y mis días empezaron a ser solo sentarme a contemplar la soledad y darme cuenta de lo mucho que extrañaba salir y ver y escuchar gente, el contacto físico que tanto había odiado por años ahora se había vuelto lo único que realmente necesitaba, porque quizás un abrazo podría curar todo esto pero ahora estaba en la burbuja de espacio personal a la fuerza. 

Un día, mientras cantaba una canción sobre lo sola que me sentía y “trataba” de tocarla en la guitarra, empecé a sentirme increíblemente rara, era ese sentimiento terrorífico que da cuanto estas en un lugar y sabes que alguien está mirándote pero no sabes dónde está este individuo, no sería tan raro sino fuera por el hecho de que estaba sola en mi cuarto, ni siquiera mis mascotas estaban ahí, traté de ignorarlo porque quizás solo era mi mente sintiéndose mal por la soledad pero no, porque aun sentía que algo estaba viéndome, así decidí pensar la cosa más lógico que se me podía ocurrir… Hay un fantasma en mi cuarto y claramente está ofendido porque no dejo de decir que estoy sola. La verdad es que los fantasmas no me dan nada de miedo, así que por mi estaba bien que se quedara. 

Mi nuevo roomie era bastante organizado y claramente odiaba cuando me quedaba sin hacer nada, cada que algo le molestaba se me quedaba viendo hasta que me rendía y me levantaba a hacer algo. Era muy fan de mis prácticas de guitarra (mientras no tocara canciones tristes) y que dibujara no le gustaba mucho, puesto que siempre tiraba las ilustraciones que pegaba en la pared, pero cuando lo dibuje dejo de hacer eso así que supongo que eso le hizo sentir bien. Le molestaba mucho la luz del celular en la noche así que dejé de quedarme despierta hasta tan tarde, tampoco era muy fan de mis gatos, siempre se iba cuando estaban conmigo y no volvía por horas.

La verdad es que no estoy segura sin realmente había un espectro embrujando mi cuarto, pero lo que sea que fue todo eso, me ayudó mucho a volver a mi rutina y salir un poco de la tristeza que la soledad me da, además me hizo apreciar lo importante que son para mí las personas de mi círculo y ahora tengo la esperanza de que esta pandemia termine pronto para poder volver a verlos a todos y darles un gran abrazo y dejarlos confundidos por mi nueva actitud tan extrovertida y fuera de personaje.

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